Nació en Pavia (Italia) en 1908. Fue una hermana de la Congregación de la Virgen Niña y misionera, que llegó a la Argentina en 1935. Desde entonces, su actividad se desarrolló siempre entre los niños de nuestro colegio. Estaba convencida, y lo demostraba con cada uno de sus gestos, de que los niños necesitaban alegría, seguridad y que les “pertenecía” ser felices. El canto y el juego fueron siempre sus aliados para amar a los más pequeños y para enseñarles amar a Dios, a respetarse mutuamente, a vivir en la libertad y en la verdad. Aun hoy, quienes la conocieron recuerdan las rondas infantiles, los juegos en la sala con los zancos de plástico sobre el piso de madera, la “banda” con instrumentos musicales. Todavía resuena en muchos de ellos “La luna llena”, o “Rosa, Rosella…”
Fue maestra del jardín durante 50 años (entre 1936 y 1986) y cuando dejó la docencia, se dedicó incansablemente a recibir y a despedir a cada uno de los alumnos, docentes y padres que llegaban al colegio cada día. Y esto, ¡durante casi 10 años! Atenta a cada detalle, con los infaltables cuidados: corriendo hasta cada auto bajo la lluvia para proteger con su paraguas a los chicos hasta la entrada del colegio, subiéndoles el cierre de la campera o atándoles los cordones, y las necesarias preguntas que hacía con infinita ternura: “¿Comiste?”, “¿Por qué faltaste ayer?”
En su corazón de caridad, había otra gran predilección, los pobres. Para ellos pedía y reunía ropa, alimentos, y naturalmente, juguetes para los niños. Es fruto de este amor preferencial por los pobres que la Hna. Narcisa , en contacto con exalumnos maristas, se convirtió en la “madrina” de un jardincito de Villa Astolfi a quien regaló una imagen de la Virgen Niña , encomendándolos a la protección y ternura de la pequeña. Hasta hoy, el nivel inicial de nuestro colegio, continúa la tarea de acompañar a este jardín.
En 1999, recibió la distinción “Divino Maestro” otorgada por el Consejo Superior de Educación Católica.
Estando muy enferma- dormía sentada, porque acostada no podía respirar- le comentaron el deseo de que el Nivel Inicial, próximo a inaugurarse, llevara su nombre. La Hna. Narcisa , reticente a todo “reconocimiento” se enojó, se dio media vuelta y se fue hablando sola. Al fallecer, la voz unánime de exalumnas docentes y maestras del colegio pidió que el Nivel Inicial se llamara “Hna. Narcisa” A solo dos semanas de la inauguración, ya estaba listo el cartel en el ingreso del Inicial, que con orgullo muestra hoy su nombre. Dentro de “su” jardín y de todo “su” colegio, con la ayuda de su testimonio de bondad y de servicio, buscamos ser como ella, testimonios de caridad y servicio a los mas pequeños!!!!
El próximo 11 de abril recordamos los 10 años de su partida, con la alegría de salir cada día y en cada persona, “al encuentro de la VIDA ”, como lo hizo ella!!!
Gracias, Hna. Narcisa!!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario