viernes, 8 de abril de 2011

“sin salario ni horario”

Viví con la querida hna. Narcisa, muchos años. ¡Cuánto habría para decir! Me limito a estos comentarios:
           Hace años, me impactó mucho unas reflexiones del gran teólogo Rahner S.J., que aproximadamente decía, que lo que más lo unía a la Compañía de Jesús, más allá de  todos los logros alcanzados en tantos años y lugares, admiraba esas presencias sencillas, verdaderos operarios “sin salario ni horario”, que por amor al Señor entregaban su vida.
          Sí, la hna. Narcisa era una de ellos. Su gran amor al Señor que inspiró su vocación misionera dejando su patria muy joven, la llevó a entregarse con predilección a los niños y a los pobres. ¿Quién se acercó a ella, sin una respuesta a su necesidad? ¿Qué niños y aún adolescentes no sintieron que los “quería” de verdad? 
         En la Comunidad de Villa del Parque, eran  muy frecuentes los pedidos  de  chicos del secundario (el único acceso seguro que tenían era la puerta interna de la cocina): infaliblemente pedían por la hna. Narcisa: hilo y botón para coser,  o las cosas más insólitas y lo más frecuente: la pelota..., la que se había caído quizás dónde, o la que le habían sustraído...  Sabían que la respuesta era segura.
 
Una breve anécdota: Un dentista muy conocido y prestigioso de la zona, me contó que un día su hijita  (que había sido alumna de la hna. Narcisa), le dijo uno de los días que la recibió en la puerta del colegio: “Decile a tu papá, que te mire los dientitos de adelante, porque se están sobreponiendo un poco”
         Es de imaginar la gracia que le causó al Doctor, al ver que realmente era así...; él no lo había advertido, pero la hna. Narcisa, sí... 
 
 Hna. Teresa Cante

mi ángel del cielo...

¿Cómo hablar de alguien ausente que es presente en mi vida?
Presente en mi vocación, porque de ella mamé, cual madre el amor a esta profesión de maestra jardinera, que nos llena el alma! Me significó esta elección de vida.  El todos  los días levantarme feliz  y dando gracias a Dios por formar parte (aunque sea un poquito) de su comunidad. De sentir, siendo su alumna de preescolar, que me abrigaba en el invierno, el beso diario de bienvenida y despedida en la puerta y encontrarme haciendo lo mismo durante estos tantos años de docencia.
         El acompañarla durante mis tardes del secundario y aprender a disfrutar actos,  fiestas, celebraciones, y sus famosos versos con ademanes!! Y pasaron los años, pero siempre nos encontrábamos por algo.
Y de pronto….sentir su voz en el teléfono, pidiéndome que me presentara a trabajar en su jardín. Un gran orgullo!!!! de alumna suya a colega!!! y por supuesto a aceptar sus críticas !!! porque si algo no le gustaba…mamita!!! Me cedió cuadernos de poesías, libros de actos escolares y, lo mejor: sus palabras precisas en el momento preciso.
Y, pese al dolor de su pascua, (vísperas de un jueves santo!!!), me quedé boquiabierta durante su despedida: los chicos del colegio,  los papás,  sus hermanas, el señor que dormía en la calle y ella le daba la sopa en el invierno “en los tarritos de dulce o mendicrim pero los de ½ kilo, otros no”…
..y se llevó pelotas de football, remeras, flores arrancadas de algún jardín, rosarios, y besos y lágrimas de todos los que en algún momento compartamos su vida.
…y me encuentro pidiéndole, agradeciéndole porque la siento mi ángel del cielo. Ejemplo de caridad, sencillez y humildad….hace falta algo más?
si!!! decirle :
¡gracias, Narcisa! ¡te quiero por siempre!

Roxana Latessa
tu alumna de jardín

Narcisa, "capitana de mi barco de color cuadrillé"...

Recordar a Narcisa es recordar el comienzo de mi viaje de sueños, cuando ya en el secundario la veía pasar con sus alumnitos (polluelos cuadrillé) y los invitaba a levantar los papelitos del patio grande y yo, con cualquier excusa salía del curso solo para pasar y agacharme al lado de alguno de ellos y sonreírles mientras juntaba los papelitos con ellos....hoy soy una orgullosa “maestra jardinera”, que nunca se cansó de entrar a ratitos a ayudarla en su sala, porque jamás ella se cansó de dejarme ese espacio y compartirme su gran tesoro.
Ya catequista, me recordaba desde su portería ambulatoria que el amor de Dios a los más chiquitos se lo hacía sentir en la naturaleza...."no le hables, que lo sientan, que lo vean, que lo disfruten"....y si, Narcisa, ese es mi estilo, mi manera, mi "método" el que elegí y multipliqué en cuanta jardinera y niño que pasó por mis manos.
Recordarte, Narcisa, es seguir viéndote corriendo hasta cada auto, en la calle, los días de lluvia para acompañar con tu paraguas a los chicos hasta la entrada cubierta del colegio...es verte subirles el cierre de la campera o atarles los cordones, es sentir tu saludo cada día como una hermosa bienvenida "Mariana".
            Recordarte es verte cruzar el patio y los chicos del secundario, abrazándote para robarte en un descuido simpático la pelota de fútbol que les sacabas porque pateaban fuerte y estaban los más chiquitos cerca....
            Recordarte es vivir aquella pascua de tu partida, llorando en la capilla de emoción porque nunca la vi tan llena de padres, maestros, ex alumnas, chicos del primario, y los del secundario que colocaban cerca de tu rostro sus rosarios, las remeras de egresados y hasta la pelota que tanto significaba para ellos.
            Recordarte es saber que tu nombre sigue en el Inicial del Virgen Niña flameando la bandera del amor y la entrega.
 Te quiero y te recuerdo, ejemplo en mi vida, despertar de vocación y capitana de mi barco de color cuadrillé!

Patricia López de Almoño

La eficacia de un amor esencial...


Tuve la gracia de compartir con ella mis primeros años de hermana en Villa del Parque y verla…No recuerdo de Narcisa cosas que haya dicho….Pero quiero rescatar algunas imágenes que se quedaron en mi retina…

EL DÌA DE LLUVIA
Ella estaba en la puerta de la entrada de primaria recibiendo a los niños…. Cada día a la misma hora, miraba el reloj que sacaba debajo de su saco, como quien cuenta el número de niños que faltan llegar….
Los días de lluvia, ella tenía un gesto único, que muchas veces yo veía desde la ventana…
Con su paraguas… medio roto, se acercaba al auto que estacionaba en frente de la escuela y abría la puerta, como quien recibe un Príncipe…  acompañaba al niño desde el auto hasta la entrada de la escuela, protegiéndolo de la lluvia.
Qué increíble era ese momento... entendí la grandeza de los pequeños gestos hechos con tanta humildad que enaltecían a ambos… así es la Caridad.

LAS “CANCIONETAS”
Acompañaba en ese entonces los grupos de Remar, adolescentes de los últimos años de secundaria, que habían tenido a Narcisa como maestra de jardín de infantes
En los momentos de distensión, en la alfombra de la pastoral, ellas cantaban unas canciones en italiano como “Rosa, Rosella…” Y lo hacían con una memoria increíble en otro idioma…. Narcisa ya era bilingüe… en aquel tiempo.
Recordaban con felicidad esos momentos del jardín y yo entendí qué huella imborrable podemos dejar cuando educamos… así es la Caridad.

Narcisa, a quien puedo contemplar en mi memoria, tenía la claridad de quien elige qué hacer y cómo. La eficacia de un amor esencial. Había entendido el Misterio de la Encarnación y en cada niño, que eran para ella el centro, vivía y expresaba una exquisita Caridad.

Hna. Marta Porta

Sembradora de amor, paciencia, humildad y caridad...

Qué lindo poder escribir lo que significó conocer a la hna Narcisa: un ser maravilloso lleno de luz celestial. Es un ejemplo de vida: su amor por los chicos, su paciencia, su don de servicio, su vocación, su alegría de vivir y su dulce sonrisa llena de paz.
Recuerdo con qué entusiasmo juntaba juguetes, para donar el día del niño cuánta vida dejó en este colegio y qué mejor homenaje que el colegio del nivel Inicial lleve su nombre.
Los chicos la adoraban, al verla cruzar el patio corrían a saludarla. Ella siempre presente queriendo ayudar y cuidando a los más pequeños.
A la hna Narcisa, la voy a recordar siempre. Fue un regalo de Dios conocerla, siempre tenía para conmigo una palabra de aliento, un elogio.
Al saludarla siempre me tomaba de la mano. Fue una sembradora de amor, paciencia, humildad y caridad. Ojalá que todas estas palabras sean una caricia para su alma, junto a Jesús

Irma Gladys Chotro
Maestra de Nivel primario

Las medallitas de la hna Narcisa...

Charlando con mi hijo Gonzalo,  recordábamos que cuando estaban en el patio, ella les hacía una pregunta sobre religión o sobre algo referente a la iglesia. Sí respondían bien, les regalaba una medallita. Y Gonza, con sus 21 años, pierde todo, pero la medallita de la hna. Narcisa la tiene guardada y sabe dónde. Yo recuerdo la entrada, a la mañana: lo hacíamos por Marcos Sastre. Iba cerrando despacito y espiaba si alguien venia corriendo... y lo esperaba con una sonrisa y un gran beso.
Cuando falleció, fuimos todos a su misa, los tres chicos, Eduardo y yo. Cuando finalizó la misa, Gonza, dijo: “qué importante es la hna. Narcisa, que hasta papá vino sin protestar!!”. Espero que estos pequeños recuerdos sirvan para seguir teniendo presente a la hna. Narcisa!!!

Graciela Millefanti
Exalumna y profesora del Nivel Medio  

Tratamos de seguir tus pasos!!!

Mi nombre es Analía. Soy exalumna de esta escuela, mamá de dos hijas (una ya egresada del Nivel Medio y otra actualmente en el Nivel Primario) y docente del Nivel Inicial que lleva su nombre.
         No tuve la suerte de haber tenido a Narcisa como maestra ya que ingresé al colegio en 2º Grado. Pero desde el primer día estuvo allí: siempre presente, con su alegría y su dinamismo de todos los días... y a veces también con su enojo.
Quién puede olvidar sus mega actos de fin de año!!! Qué belleza, cuánta dedicación, cuánta creatividad!
Ya habiendo dejado la docencia siempre siguió enseñando a chicos y grandes con cada gesto, cada acción. Infaltable en la entrada y salida de los nenes, siempre con una sonrisa o enojada cuando ocupaban el cordón de la vereda del colegio con autos y los micros no podían estacionar.
Siempre poniendo orden como un gesto más de respeto y
cariño. Así como la caricia que le brindaba a mi hija mayor cada día
de pileta cuando entraba cargada con dos mochilas.
Cuánta falta nos hacés, Narcisa!
Pero te llevamos en el corazón y tu impronta está viva en nuestro
jardín. Tratamos de seguir tus pasos.

GRACIAS POR HABER ESTADO TAN CERCA DE TODOS, brindando todo tu amor, tu experiencia de vida, tu trabajo incansable! Vos fuiste y serás siempre para mí el verdadero ejemplo del CARISMA de nuestras Santas HUMILDAD, CARIDAD y DULZURA.

Con todo mi cariño,                                                                  
   Analía Martínez
    Egresada 1981

Quiero recordar a una amiga y compañera...

Con estas palabras simples, sencillas quiero recordar  a una amiga y compañera. Juntas compartimos muchos momentos  de trabajo... busco en mi cajita de recuerdos y elijo uno que me gustaría compartir con todos ustedes.
Yo compartía con ella el gusto por las plantas y por eso, tratábamos de adornar con plantitas todos los lugares que podíamos. Siempre le decía: "los brotes nuevos  se cortan con la tijera" pero cuando yo no estaba, ella los cortaba con la mano y con ellos hacia nuevas plantitas.
En la sala de maestros, hay una planta que  fue la última que compramos con la hna. Y que cuando la veo, me parece ver a la Hna. Narcisa supervisando la entrada y salida de sus queridos niños.
Alicia Aragón (recepcionista)  

Hace mucho que ya sos parte de mi historia

Para mí fue mi primer maestra en jardín de infantes con 54 compañeritas más. En ese entonces éramos todas nenas, año 1962.
 Siempre recuerdo las palabras que a mi mamá le decía la hermana Narcisa: que me diera de comer carne porque yo era muy flaquita.
Nos recibía siempre a todas, como sus pollitos estábamos alrededor de su falda. Ella detrás de esos lentes oscuros irradiaba bondad, paciencia y serenidad.
 Una vez en la sala, iba mesita por mesita entregando las hojas blancas para que hiciéramos lindos dibujos, después de habernos contado hermoso cuentos.
Cuando nos dejaba ir al baño siempre decía que fuéramos por la línea negra del pasillo para no perdernos. Que inmensas me parecían las puertas de ese salón de Marcos Sastre!
También nos llevaba a ver las macetas con plantitas que tenáa en el pasillo largo detrás de la sala.
Cuando crecí, ya en 6to y 7mo grado del colegio, le pedía si podía ir a ayudarla con los chicos del jardín, iba muchas tardes encantada de poder tocarles la guitarra a los chiquitos o contarles un cuento. En parte creo que ella  fue la que dejó en mí la semilla de la maestra que hoy soy, y gracias a Dios dentro de su misma escuela. Que satisfacción  y que compromiso continuar con la obra de esta hermana tan querida para tantos.
Nunca te olvidaré, hace mucho que ya sos parte de mi historia. 

Angela Mónica Esteve
Profesora de Educación Plástica
Instituto Sma Virgen Niña.
Egresada 1974

la "JARDINERA" de nuestro jardín!!!



Nació en Pavia (Italia) en 1908. Fue una hermana de la Congregación de la Virgen Niña y misionera, que llegó a la Argentina en 1935. Desde entonces, su actividad se desarrolló siempre entre los niños de nuestro colegio. Estaba convencida, y lo demostraba con cada uno de sus gestos, de que los niños necesitaban alegría, seguridad y que les “pertenecía” ser felices.  El canto y el juego fueron siempre sus aliados para amar a los más pequeños y para enseñarles amar a Dios, a respetarse mutuamente, a vivir en la libertad y en la verdad. Aun hoy, quienes la conocieron recuerdan las rondas infantiles, los juegos en la sala con los zancos de plástico sobre el piso de madera, la “banda” con instrumentos musicales. Todavía resuena en muchos de ellos “La luna llena”, o “Rosa, Rosella…”
Fue maestra del jardín durante 50 años (entre 1936 y 1986) y cuando dejó la docencia, se dedicó incansablemente a recibir y a despedir a cada uno de los alumnos, docentes y padres que llegaban al colegio cada día. Y esto, ¡durante casi 10 años! Atenta a cada detalle, con los infaltables cuidados: corriendo hasta cada auto bajo la lluvia para proteger con su paraguas a los chicos hasta la entrada del colegio, subiéndoles el cierre de la campera o atándoles los cordones, y las necesarias preguntas que hacía con infinita ternura: “¿Comiste?”, “¿Por qué faltaste ayer?”
En su corazón de caridad, había otra gran predilección, los pobres. Para ellos pedía y reunía ropa, alimentos, y naturalmente, juguetes para los niños. Es fruto de este amor preferencial por los pobres que la Hna. Narcisa, en contacto con exalumnos maristas, se convirtió en la “madrina” de un jardincito de Villa Astolfi a quien regaló una imagen de la Virgen Niña, encomendándolos a la protección y ternura de la pequeña. Hasta hoy, el nivel inicial de nuestro colegio, continúa la tarea de acompañar a este jardín.
En 1999, recibió la distinción “Divino Maestro” otorgada por el Consejo Superior de Educación Católica. 
Estando muy enferma- dormía sentada, porque acostada no podía respirar- le comentaron el deseo de que el Nivel Inicial, próximo a inaugurarse, llevara su nombre.  La Hna. Narcisa, reticente a todo “reconocimiento” se enojó, se dio media vuelta y se fue hablando sola. Al fallecer, la voz unánime de exalumnas docentes y maestras del colegio pidió que el Nivel Inicial se llamara “Hna. Narcisa” A solo dos semanas de la inauguración, ya estaba listo el cartel en el ingreso del Inicial, que con orgullo muestra hoy su nombre. Dentro de “su” jardín y de todo “su” colegio, con la ayuda de su testimonio de bondad y de servicio, buscamos ser como ella, testimonios de caridad y servicio a los mas pequeños!!!!
El próximo 11 de abril recordamos los 10 años de su partida, con la alegría de salir cada día y en cada persona, “al encuentro de la VIDA”, como lo hizo ella!!!
Gracias, Hna. Narcisa!!!!!!