martes, 19 de abril de 2011

el Cielo te daba la bienvenida…

Querida Hermana Narcisa:
     Hoy tengo que escribir algo sobre vos, sobre lo que aprendí de vos, sobre el testimonio que fue tu hermosa y fecunda vida …y no sé por dónde comenzar, ya que los recuerdos se agolpan y perfuman de ternura mi mente y mi corazón.
     Me recibiste en el jardín de infantes, me tomaste con tu mano firme, áspera de trabajo incansable, y me llevaste directo a lo importante… a conocer el Amor de Dios. Me enseñaste que tenemos un Ángel que nos Custodia, y aprendí de memoria la oración. Y si nos portábamos bien, el mejor regalo! , la medallita de la Virgen Niña!!.
    Amaste la Naturaleza, y cuidaste de ella amorosamente. Era común verte con tu delantal de trabajo y macetitas atravesando el patio, podando o arreglando las plantas de todo el colegio… Ya maestra yo de primer grado, una primavera fuimos con los nenes a un vivero y trajimos plantitas para los canteros de  los árboles del patio. Fuiste una supervisora exigente de ese trabajo!!  Aún hay un arbusto, que se quedó allí, a los pies del pino que da al aula de primero… cada tanto, mientras cuido los recreos, lo observo y me trae te presencia.
   Amaste a los niños…y ellos lo sabían, y ellos también te amaron…bastaba estar en un acto el Día el Maestro… Al finalizar el mismo se escuchaba tu nombre al unísono, todo el colegio, aplaudiendo, pidiendo que pases al frente, cosa que NUNCA aceptabas hacer, hasta parecía que te enojaba!! No querías ese reconocimiento…al fin te acercabas, solo un poquito para no defraudar…
    Amaste a los débiles, a los desamparados, a los extraviados…recibías a tus pobres, les dabas un plato de alimento…y tu tiempo, y tu consejo firme,  y los exhortabas , y así ellos  sabían que los amabas
   Y todo este servicio lo sostenía la oración constante…y lo sé porque te veía en el rato que separaba la salida del turno de la mañana y la entrada del turno tarde. Te sentabas en un rincón y rezabas el Santo Rosario. A veces me acercaba a saludarte y me mostrabas las cuentas entre tus manos y con un sonrisa me decías.. “y, no hay que perder tiempo”…
   Nunca perdiste el tiempo, siempre estuviste pronta para amar…Eso hizo de tu partida un testimonio de lo sembrado…
   La Capilla de la Virgen Niña era un movimiento incesante de gente, día y noche, las misas se sucedían repletas de personas que iban a despedir a la Hermana  querida.  Y allí quedaban, junto a vos,  muestras del amor recibido … pelotas (que vos mismas te habías encargado de repartir a cada curso, en una ceremonia que los varones esperaban cada año), remeras del colegio firmadas por los chicos del secundario, cartas, dibujos, flores de tus pobres... perfume a santidad…
   …y las lágrimas de todos los que te conocimos se abrazaron  al festejo que en el Cielo te daba la bienvenida…               
       Marina Cilione
 7 de abril de 2011

miércoles, 13 de abril de 2011

Toda luz, y todo ejemplo de humildad y perseverancia...

Recuerdo con nostalgia el cariño con que recibía a las niñas, sobre todo el 1er. día de clases, cuando muchas lloraban al separarse de las mamás en la puerta de esquina de marcos Sastre y Cuenca. Nuestras tres hijas, Graciela, Ana y Silvia, las “Pinito”, como amorosamente las nombraba y las nietas, Agustina y Julieta, recibieron sus enseñanzas, sus caramelos, sus mimos. Su figura pequeña, inquieta, a lo largo de tantos años, enjugando lágrimas o corrigiendo, acompañaban a la salida, nos reconocía de lejos, cuando después de muchos años, regresábamos a buscar alguna nieta, saludándonos siempre con afecto.
Y los actos, que con tanto amor preparaba: las nenas bailaban y cantaban re-bien, para alegría de ella, y nuestra. Cuando se terminó el “Ateneo” ¡Qué feliz estaba viendo a sus alumnas sobre ese escenario!!!
Llegó desde Italia trayendo conocimientos sobre las nuevas enseñanzas para las pequeñitas, jugando con ellas, cantando, rezando en la capilla con la Virgen Niña.
Toda luz, y todo ejemplo de humildad y perseverancia.
Siempre está en nuestro corazón.

María Teresa G. de Pino y Orlando Pino
(abuelos de Julieta Corbella)

Narcisa, cuando tu colegio cumplió 95 años, te recordamos así....

lunes, 11 de abril de 2011

“Narcisa está pasando por aquí"...

Somos los papás de Delfina Martínez, de sala azul (TM) Lorena y Ariel. Yo soy exalumna del Virgen Niña y viví todo mi primario y secundario en este adorado colegio.
No tuve la suerte y bendición de tener a la Hna Narcisa en el jardín porque ingresé en segundo grado, pero lo que sí recuerdo y lo tengo muy presente, es que Narcisa se “desvivía” por los chicos. Siempre en la puerta recibiendo a los chicos y despidiéndolos. Siempre cuidándonos y velando por ellos. Siempre en el patio sin descuidarlos.
Realmente, cuando hace unos días, mi hija cantó “Narcisa está pasando por aquí, y cuando pasa, todo se transforma, la alegría viene, la tristeza va”… no solo me emocioné hasta las lágrimas, sino que demuestra lo que fue NARCISA para mí.

Estamos felices de volver al colegio!!!
Lorena Torrents y Ariel Martínez

le tuve que preguntar a mi tía...

Soy Agustina Maggiore de salita azul (TT) y le tuve que preguntar a mi tía, Sabrina Maggiore, y me contó una anécdota: que los días de lluvia, la Hna Narcisa recibía a todos los chicos en la puerta de la primaria y saludaba a cada alumno con un beso.

Cuando nos hablaba, sentía que era un familiar más...

Los mejores recuerdos de amor, dulzura, generosidad son para Ella. Recuerdo su imagen chiquita, movediza, llena de vitalidad. Al principio sentí mucho temor en mi primer día de clase al verla, eran muchas las cosas nuevas que comenzaban con tan pocos años pero su ternura hizo que sea el colegio mi segunda casa y a quererla mucho pero sobre todo a respetarla. A mí mamá le decía …"Váyase… Váyase"….y me agarraba de la mano fuerte y me llevaba al jardín.
Cuando nos hablaba, sentía que era un familiar más, ya que conocía toda mi familia y la de cada alumna. Con el paso de los años y ya siendo ex alumna, fui queriéndola más, ya que a pesar de su edad seguía siendo la misma, irradiando paz, paciencia, inteligencia y sobre todo Amor con los niños.
Muchas Gracias mi querida hermanita Narciza., por todo lo que nos diste!!…
Silvia Bardelli
Tu alumna de jardín

“Marina, peinate”...

Mi hija Marina, se inició en la escuela, en pre-escolar junto a la hermana Narcisa, y a partir de ese día, durante toda su vida escolar, primaria y secundaria, la primera cara que veía y la primera sonrisa que la recibía, era la de ella y generalmente con la misma frase: “Marina, peinate”. Aún en los primeros años de la vida docente de mi hija, con muchos años sobre sus espaldas y a pesar de nuestros retos, seguía recibiendo a todos.
            Era “todo amor”, pero firme. Tanto alumnos como papás, marchaban a su ritmo.
            El primer día de clase, al ver que no todas las nenas tenían la corbatita del delantal, de acuerdo al uniforme, empezaba a retar a las mamis, pero al ver las caritas de las nenas, con las palabras más tiernas, subsanaba el inconveniente y se ganaba el corazón de todas.
             No escatimaba en abrazos ni besos, aún cuando se pequeña alumna tuviera cara y manos sucias de lo que fuera, tal como ocurrió con nuestra hija en una convivencia.
            Nosotros concurríamos a escuchar misa los sábados a las 19 hs. A la salida, siempre, la esperaba un grupo de personas que le pedían ropa y alimentos y hasta dinero. Ella siempre tenía respuestas y recursos para todos. Pero siempre, aun tratándolos como hijos, era firme. Cierto día, pudimos presenciar cuando un señor le pedía dinero para comprar leche para sus hijos. Ella se lo dio, pero esperándolo en la puerta de la capilla, lo obligó a mostrarle la leche comprada.
Muchas veces, la encontrábamos caminando por Cuenca, yendo a comprar “pelotas blanditas” para que los chicos pudieran jugar en el recreo sin lastimarse y sin lastimar a otros.
Nunca aceptó que la lleváramos en el auto, ella prefería caminar. Cierto día, le pregunté por qué no quería al perrito que le habían traído las hermanas a la comunidad. Ella contestó que el tiempo había que dedicarlo a los chicos y no a los animales. Pero luego me mostró su tesoro: un jardín con unas rosas increíbles!!!-que el perrito se dedicaba a destruir…
Cada momento con la hermana Narcisa fue un regalo. Junto a todo el cariño de quienes la conocieron, está nuestro profundo agradecimiento por todas las cosas lindas que plasmó en nuestra hija, que perduran y siguen dando frutos en sus propios alumnos.

Héctor y María Luisa Cilione
 

domingo, 10 de abril de 2011

el "Ángel Guardían" del colegio....

Yo empecé el secundario en el IVN, y la Hna Narcisa tenía el Jardín al lado de nuestra aula. La recuerdo siempre haciéndonos ir al patio "por la raya negra" de baldosas del pasillo del Colegio "viejo"!!!!! Y cuando nos decía "A ver los pajaritos que juntan los papelitos del suelo!!!!" (en los recreos). Pero jamás olvidaré cuando llamó a mi casa para avisarle a mi mamá que me había llevado un chico en moto (en 5º año, año 1969!) CON EL UNIFORME al colegio!!!!!!!! 
Y que cierto es lo que ponés, Paula, sobretodo cuando hablás de la memoria de la Hna Narcisa, cuando me preguntaba "vos, de qué promoción sos?" y yo le decía "fui con Susi Okita (japonesa jajaja!) me decía "ah! del comercial, si, si, ya sé quien sos!!!!!!!"
Hoy, profesora del Nivel Medio del colegio, no hay un sólo día que no mire por la ventana y vea el pedacito de patio viejo que queda y que no recuerde al Ángel Guardián (para mí,  la Hna Narcisa)cuidando el patio del colegio y a los chicos que están en él, por supuesto!!!!!!!

Mónica López.
Egresada Comercial 1969

siempre tendré presente su SONRISA!!!!

Me pareció genial la idea de recordar a la hna. Narcisa!!!

Si bien me acuerdo de muchas cosas siempre tendré presente  la sonrisa con la que nos recibía todas las mañanas. Con mis papás, nos enternecía que los días de lluvia nos esperara en la rejas con un paraguas y nos acompañara hasta la entrada principal de la primaria.

Eso es lo que más me marcó, esa entrega total a los demás y sobre todo a los chicos.

Les dejo un beso grande y si necesitan algo más cuenten conmigo.
 Saludos,

Natalia Novas 

Gracias Hna Narcisa, por haber llenado de amor todos esos días de mi infancia!!

Hola, mi nombre es Natalia Marmorato, egresé de 5 año comercial en el año ´97. Hice toda mi escolaridad en el colegio, desde preescolar, con la particularidad de que fuimos en el año 1985 el último grupo que tuvimos a la Hna. Narcisa como maestra jardinera titular, ella sola con todas nosotras, 44 niñitas que nunca la olvidaremos.
Al año siguiente, si mi memoria no me falla, ingresó la Seño Roxana como maestra titular y la Hna Narcisa seguía aportando su experiencia y amor, pero ya no era la docente titular...
            Me alegró recibir este mail ya que los recuerdos son tantos y tan lindos!!!
 Las épocas eran otras, cuando ella hablaba no volaba una mosca!!! Con su poca estatura fue una gigante de la docencia, fue una mezcla de maestra y mama que siempre estaba en todos los detalles...
Los primeros recuerdos se remontan al tiempo en que fui su alumna de 5 años... sus clases de catequesis, con esos enormes carteles con dibujos que con una soguita colgaban del pizarrón y ella nos contaba y trasmitía la fe a modo de cuento para nuestra edad.
El amor a los útiles que nos trasmitía y el cuidado por las cosas, desde el papel glasé hasta las mesas y sillitas de la sala...
Como olvidarse de sus enormes bolsillos de su hábito gris, de los cuales cualquier cosa podía salir, desde su reloj plateado atado con una cadenita, hasta sus pañuelos con los que te limpiaba la nariz, caramelos, llaves, esos bolsillos eran un misterio para todas nosotras (fuimos la anteúltima camada de NENAS SOLAS)…
Y sus canarios?? Tenía amarillos, naranjas… todos en la puerta del ingreso a la sala del jardín y eran las mascotas de todos….
Pero por sobre todo no se puede olvidar el AMOR y PACIENCIA que tenía, podía tener a 44 niñas en fila tomando distancia, calladas el tiempo que fuera necesario y portándose como SEÑORITAS cuando ella lo dispusiera.
Mis recuerdos de esa etapa son hermosos, y felices…
 Luego con el correr de los años, su presencia era permanente… en la primaria ella nos recibía en la puerta, y siempre tenia algo para decir: ¨no arrastres la mochila¨, ¨atate el pelo¨,  ¨apurate que se cierra la puerta¨, etc… y si alguna vez nuestra madre se demoraba en retirarnos a las 5 de la tarde, ella estaba ahí con nosotros para que no lloráramos esperando a que nos vinieran a buscar…
Ya en el secundario, seguía firme en su labor y pasión de educar…
A las chicas nos retaba por el largo del jumper, a los varones les sacaba las pelotas de plástico que usaban para jugar al futbol porque se quejaba que le rompían sus plantas que cuidaba con tanto amor… ubicadas al costado de la pileta de natación en el cantero que tenía los enanos de cerámica…
Y siempre pero siempre en los días de lluvia estaba con su paraguas negro recibiendo a los chicos que llegábamos a la puerta para que no nos mojáramos…

Estos son algunos de los tantos recuerdos que me vinieron ahora a la mente…
Para mis fue una SANTA EN VIDA, entregó su vida a los niños de una manera incondicional, sin limite, hasta el día que fallecido…

Gracias Hna Narcisa por haber llenado de amor todos esos días de mi infancia!!
Creo que el haberle puesto su nombre al Jardín de Infantes fue un gran homenaje que ella se merecía!!Atentamente,  
Natalia

"copiar algún ejemplo de ella y volcarlo a la sociedad"

Cómo no recordarla.
 Cierro los ojos y la veo paradita siempre a la entrada y la salida de los chicos, con lluvia, frío, hasta con fiebre, siempre iba a estar.
 Ana Carolina la tuvo en jardín, y es el día de hoy que siempre por algún tema sale el nombre de ella, por algo se la tiene siempre presente.
Sobre la calle Baigorria había un Jardín y tanto en inverno como en verano, ella se dedicaba a tenerlo siempre arreglado, pala en mano y cada dos por tres la teníamos picando la tierra para que estuviera bien removida, ella decía que así las plantas se mantenían siempre bien, y cuidadito que alguien se lo tocara.
Estuve muy ligado a ella, con el tema de los colchones y camas, todos los colchones y camas  que me daban los clientes tenían siempre un destino especial. Ella me decía: “Ud. Carlos no se preocupe si están manchados que yo con telas que Ud. me da,  yo los arreglo y los doy a familias”.
Como me enseñó a valorar lo que uno tiene, siempre tenía la respuesta perfecta.
En una época muy difícil en la que había muchas mujeres con hijos que pedían para comer, ella todos los mediodías por la calle Baigorria  les daba unos vasos tipo los de bebidas sin alcohol medianos, donde les preparaba algún guisito o sopa con un pancito para que ellos pudieran tener su pancita caliente. Palabras textuales de ella.
Siempre estaba al servicio de los pobres y uno trataba de copiar alguno de los tantos ejemplos que ella tenía.
Hoy todos debemos copiar algún ejemplo de ella y volcarlo a la sociedad, ese es el mejor regalo que le podemos hacer.
Narcisa siempre te tengo en mi memoria y te guardo en mi corazón.

Carlos Alberto Cavanna.


Fue un ser especial...

Soy mamá de una ex-alumna de la hna Narcisa, mi hija es Romina Lisa y creo que fue la última promoción que tuvo la hna. en jardín de 5.
Mis recuerdos son de mucha ternura, hacia ella, si bien era poco afecta a hablar con los papás, su amor lo expresaba con gestos. Recuerdo que en los días de mucho frío cuidaba mucho a las nenas, y cuando salían las acompañaba a la calle y las arropaba a cada una con mucho amor.
            Otra cosa que nos llamaba mucho la atención eran los actos que realizaba como fin de curso. Comenzaba a practicar después de las vacaciones de invierno, nos hacía comprar la tela para la ropa a todas juntas y se realizaban los trajes con moldería que nos proveía. Les enseñaba a recitar con énfasis, y eran tan perfectos y sincronizados que parecían pequeñas obras teatrales.
Caminaba por el patio siempre ligerito, y en su lecho de muerte su mayor preocupación, era mandar a comprar las pelotas que les prestaba a los varones, para jugar en los recreos.
En fin, fue un ser especial y que demostró su amor con hechos y actitudes más que con palabras.

Que Dios la tenga, a su lado, porque fue una santa en la tierra.
Saludos

una presencia tan especial ....que conocimos y quisimos como una abuela más

Hola, soy Florencia Lisa, ex alumna del colegio, lugar que me educó desde los 3 hasta los 18 años.
Los recuerdos de Narcisa son muchos, pero entre los mejores recuerdo cuando nos esperaba en la entrada del colegio primario con un caballete lleno de cintitas bordó para atarnos el pelo si lo llevábamos suelto. Además, los días de lluvia, a la salida nos acompañaba hasta nuestros padres bajo su paraguas con mucho amor! Y rezongaba si corríamos por el patio y más si teníamos los cordones desatados jajajaja.
Ya en el secundario, también recuerdo encontrarla en el patio del colegio y que me de vuelta la pollera para verificar si tenía dobladillo para alargarla!!! Jejeje tenía que ser siempre por debajo de la rodilla.
Recuerdo más triste fue el día que se fue, nosotros habíamos egresado de 5to año y recuerdo que le firmamos una remera del uniforme y junto con una de las pelotas que les compraba a los varones para que jugaran en los recreos se la dejamos junto a ella.
En lo personal fue un orgullo ser escolta de la bandera Papal el día que se inauguró el jardín de infantes que lleva su nombre. Ojala los chicos de esta generación tengan a su lado una presencia tan especial como fue ella para quienes la conocimos y quisimos como una abuela más.

Besos y hermosa la iniciativa. Me encantaría recibir las anécdotas y recuerdos de los demás egresados para así seguir recordándola con tanto amor.

Flor

Imposible pensar en mis años en el cole sin que ella venga a mi mente...

Recuerdos de la Hna Narcisa... Los mejores!

Narcisa una vez por año nos regalaba a cada uno de nosotros una medallita de la Virgen de San Nicolás, y con el pasar de los años se generaba la competencia de quien tenía más de esas. Además, siempre llevaba con ella una bolsita con otras medallitas, y cuando te portabas bien o no hacías lío ella te regalada alguna otra ¡Obviamente que es el día de hoy que tengo todas guardadas en una cajita!

Recuerdo también su presencia en los actos del día del maestro. En ese acto se hacía pasar a cada uno de los maestros al escenario y cada curso alentaba a su maestra. Pero cuando subía la hna (obviamente que había que insistirle para que se acercara al escenario) el colegio entero la ovacionaba con un cantito que decía: Narcisa! Narcisa! (tipo hinchada de futbol).

Recuerdo también sus últimos inviernos en la puerta del colegio, las maestras le insistían para que se quedara del lado de adentro, pero obviamente no hacía caso.

¿Qué significó para mí? Narcisa fue el mejor ejemplo de vocación y entrega. Si hubo alguien que supo trasmitir el amor de las santas, esa fue ella!
Realmente se sintió mucho su ausencia el día que se fue, pero creo que nos dejó a nosotros el mejor recuerdo y en mi caso personal es imposible pensar en mis años en el cole sin que ella venga a mi mente.

Muy buena la iniciativa!!! Cariños,
Anabela Pontello
Egresada 2004

"Con solo vivir, prediqué el Evangelio"

Narcisa, "santa doméstica"

     Pequeña, bajita. Casi reducida a la minima expresión del tamaño que un adulto pueda tener. Torturada silenciosamente por sus pies que le dolían hasta la deformidad. Seria y sonriente simultáneamente. Con gruesos lentes que no llegaban a ocultar una mirada que reunía "la astucia de la serpiente y la mansedumbre de la paloma". Enérgica y cortés. Con acento italiano a pesar de tantos años de Argentina. Gozó, sospecho, del enorme guiño se su Comunidad para poder hacer todo lo que hizo.
     Así conocí a la Hermana Narcisa por el 86. Sin tener conciencia que se iniciaba en ese momento, con la finalización de su tarea como docente del Jardín y el  ingreso de Roxana en su lugar (su delfín elegido y amorosamente preparado), por un lado el nacimiento de la casi mítica recordación de su paso por las aulas y, por otro, su titánico ejercicio de la caridad silenciosa y del amor expresado en pequeños gestos.
     Habilísima en extremo, encontraba la forma de resolver y obtener lo que se proponía. Encarnaba perfectamente (creo) el ideario de Bartolomea y Vicenta: sin desatender su vida religiosa se ocupaba de la asistencia amorosa de sus chicos y también "de los que nadie se ocupa". Su espíritu evangélico le brindaba "inmunidad" con los personajes oscuros que, en general, tememos o ignoramos. Atendía a los chicos del colegio, si!, pero también la vi reprender y aconsejar amorosamente a borrachos y prostitutas (mientras les daba comida y ropa!!!).
     Compartíamos la pasión por las plantas y cuando descubrió que podía ayudarla a reparar cosas que todo el mundo daba por perdidas (menos ella) casi me convirtió en su "brazo ejecutor". Nos recibía los domingos a la tarde, poco menos que de "contrabando", para que le lleváramos las cosas que después distribuía. Ella, la que se ocupaba de los olvidados y marginados, nos decía "son ustedes verdaderos misioneros" ... justo ella!; y de paso deslizaba un "le parece que podrá arreglar esto?".
     Internada, poco antes de morir, le preguntaron si no quería ver televisón para entretenerse. "Para qué?", respondió, "si con Dios y los chicos tengo suficiente".
     Su funeral nos unió a todos en humano dolor y en certeza de su paso directo a la Casa del Padre. Todos fuimos a despedirla. En su ataúd, con gesto absolutamente calmo a pesar del dolor que sufrió, recibió ofrendas que correspondían a su tarea: rosarios, flores caseras, remeras, pelotas (de las blandas, que no lastimen!) y hasta un pequeño y silencioso ramos flores de que decía "Tus chicas de la plaza".
     Me gusta pensar y sentir a Narcisa como, si se permite la expresión, nuestra "SANTA DOMESTICA". Fue testimonio evangélico viviente, sin duda nos sigue cuidando desde los pies de la cuna de la Virgen Niña y la tuvimos al alcance de la mano.
      Me gusta pensar a Narcisa como alguien que hizo realidad la frase "que con solo vivir predique el Evangelio".
      Me gusta sentir a Narcisa como testimonio y compromiso.
      La quiero mucho.

Claudio Rizzo (el esposo de Roxana, el papá de Charo y Nico)

No conocimos a nadie que se haya ido de ahí sin la pelota...

Mis recuerdos  son un montón…
Acá va un relato para conocerla: la hermana Narcisa era la que proveía de pelotas de futbol al grupo de chicos. Al principio era de medias, luego de plástico... No sabemos de dónde la sacaba, si las mangueaba o no, pero siempre que pinchábamos o colgábamos una  pelota, buscábamos a la hermana Narcisa por todo el colegio porque sabíamos que nos iba a salvar. Si no la encontrábamos, nos íbamos hasta la casa de las monjas a buscarla (hasta en el horario del almuerzo) y ella sacaba una pelota - siempre tenía -  y te la entregaba previo reto por haber perdido la anterior pero no conocimos a nadie que se haya ido de ahí sin la pelota.
Eso lo puede contar cualquiera de los que estuvimos en el cole durante años...
Recuerdos?  - los mejores.  Creo que una de las características más importantes era  su FORTALEZA, todas las mañanas ahí al pie del cañon,  y mirá que yo llegaba muy temprano, mi mamá me dejaba cuando se iba al hospital de Morón asíque era temprano y ella siempre estaba ahí para abrirnos la puerta. 
Siempre estaba intentando realizar alguna buena acción y cuando cada tanto la hacíamos enojar, nos comíamos una tirada de oreja.. jaja

Saludos
Federico Gallino Fernández  
Egresado 2001 y alumno desde los 3 años del IVN


Distinción "DIVINO MAESTRO"

En 1999, la Hna. Narcisa recibió la distinción "DIVINO MAESTRO", otorgada por el CONSUDEC (Consejo Superior de Educación Católica)

Nombrarla y recordarla es sentir que el corazón se ensancha!!!

Conocí a Narcisa más de cerca durante mis años en el Centro Campanile. Y, en mi experiencia, puedo decir que hizo carne en su vida el resumen de los mandatos del Señor: “El primero… y el segundo….”.

Algunos hechos sueltos que hablan de algunas de sus características:

Era amada, especialmente por los chicos y los jóvenes. Las delicadezas con las que la cuidaban en el patio, en la calle, donde estuviera.
Era una presencia: recibiendo a los alumnos, acompañándolos, teniendo siempre una palabra para la familia que los acompañaba.
Tenía una extraordinaria memoria caritativa: nombrarle a una exalumna era, inmediatamente, recordar la ubicación exacta en el tiempo y en la problemática que ella o su familia podían haber tenido.
Era infatigable: no tenía horarios para la caridad y no dudaba de involucrarte si necesitaba tu ayuda.
Atenta a los gustos del otro: ella le consiguió a Stelamaria, la pecera con todos sus ingredientes que tanto quería y cuidar los peces era su oficio en nuestras ausencias.
Era ingeniosa: venía  vernos y nos vendía cuando podía: una cotorrita, una rifa, …. lo que fuera, siempre a cambio de $ 10,00 (en aquellos años era dinero) que luego convertía en caridad.
No era ingenua: cuando hablaba de las prostitutas, de las que sin embargo, se compadecía y tanto ayudaba con ropa y comida.

Nombrarla y recordarla es sentir que el corazón se ensancha y que tenemos una presencia junto al Señor que nos cuida.

Hna. Paula

Una persona llena de luz...

Conocí a la Hna. Narcisa en el año 2000, cuando ingresé a trabajar en el colegio Virgen Niña. La primera vez que la vi, estaba regando las plantas del patio grande, una por una, porque había muchas (hoy ya no están esas macetas con flores hermosas que ella cuidaba con tanto amor) Y así fue, que cada vez que llagaba al col, ella recibía a los nenes en la puerta de la primaria con una hermosa sonrisa. Su amor fue para los niños y entregó su vida a los demás.
Una persona llena de luz, y con una mirada que irradiaba dulzura.
Andrea
(mamá de Juan Manuel)
Me acuerdo que hasta muy viejita se quedaba en la puerta del colegio a la salida del primario, a la mañana y a la tarde, hiciera frío, calor o el tiempo que fuera y saludaba a los chicos.
También que hasta los del secundario la conocían porque ella siempre estaba en el patio.
Y me acuerdo, que murió de un cáncer dolorosísimo y aguantó hasta el final con dolor, porque era muy sufrida y lo hizo sin decir nada. Cuando la descubrieron duró muy poco. La que era superiora en ese momento, la hna Inmaculada Repetto, en su agonía, sintió que la tenía que traer a morir a casa. Así fue: cuando llegó a la casa, duró muy poco y enseguida murió.

Hna. Yolanda